Ficción IV: Epitafio II - La Ciudad Gris

 Requiescat IPace


Tässä lepää Punainen Wahlgren, joka on veren punainen ja harmaa kuolema kuuluu

"Aqui yace El Rojo Wahlgren, quien del rojo sangre al gris muerte descansa"

Epitafio de Erkki "El Rojo" Wahlgren, Hellsinski, Finlandia


He aquí el mundo del olvido, la oscuridad que con nuestros recuerdos vuelve a tener forma, pero de distorsionados grises. Esta tal vez sea una de las mas aberrantes peripecias del post-muerte , cuando pasamos del oscuro olvido a los recuerdos de la esencia, y con la esencia vuelve el mundo, "La ciudad de los Grises", un mundo deprimente y opaco, totalmente distorsionado e irreal, que nos consume con desesperanza, y nos niega la tranquilidad. De existir la locura y la cordura en este mundo la locura seria la emperatriz de este gris mundo y la cordura un bellaco en un calabozo siendo torturado.


"La Ciudad de los Grises"

Nuestro primer contacto con la nueva realidad que nos toca no-vivir, es el gris, el color que va tomando forma en un distorsionado nuevo mundo, que nuestra esencia primordial, que inconscientemente se cree ser vivo, se cree de un mundo de colores, rechaza esta retorcida realidad, esta broma de no-mundo, de ahí el dolor, el vació y la angustia en cada milímetro de nuestro ser, que para esto momentos es como un recién nacido en un mundo de soledad, en un mundo donde el tiempo no existe, ni el presente ni el pasado y menos aun el futuro, acá es donde ganamos nuestra conciencia de la eternidad, palabra que usamos en vano tantas veces en nuestras diminutas y cortas vidas.

Al ser concientes e inconcientes de que algo somos, el mundo nos parece desconocido, e incluso chocante, de una eternidad en el vacio, a un abrir de ojos y un entero mundo nuevo, para volver a nacer, para volver a recordar. Al principio de esta nueva etapa, seguimos confinados a la soledad, pero a medida que nos reconocemos como seres y empezamos a recordar lo que fuimos, "otros" empiezan a poblar la ciudad, hasta el punto de emerger una nueva sociedad con todos sus mecanimos y niveles.




Adolphe Sainte-Rosecroix de Breu-La Mant
1721 - Conde de Breu-La Mant, Francia, en su estadia en la salvaje Scania

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