The sky is crying

"No hay vueltas, No hay paredes ni trabas, Cuando alguien realmente desea algo"
Why should I fight for you? if you can't fight for me...

Son las 5:00 A.M., me despierto, medio mareado, la luz me encandila, confundido me levanto de mi asiento, miro a mi alrededor, y realizo que estoy en el tren. Como una tormenta de recuerdos que invaden mi mente me llega esa noche, la salida, la ducha, la cerveza, el dolor...


Acomodo un poco las ideas, me desperezo y llega a mis oídos ese molesto ruido a "estática", al mirar la ventana del asiento, veo miles de gotas estrellándose contra el vidrio, la "estática" que escucho realmente es el ruido de la lluvia, perdón, tormenta que se desato ese domingo a la mañana...

Me acerco a la salida del vagón, y veo el aguacero caer desde el cielo, formando una pared de agua, la cual seria imposible penetrar sin empaparme todo; siendo sincero, ese no era el problema, pues amo la lluvia, siempre pienso que la lluvia son las lágrimas del cielo, "When the Sky cry...", y este día realmente lloraba, con angustia, y evidentemente con mucho dolor...

Al salir del vagón veo como unas cuantas personas corriendo, inútilmente, dado a que con solo 3 segundos a fuera de un techo protector, bastaban para mojar de pie a cabezas a una persona adulta, empiezo a caminar tranquilo, metidos en mis pensamientos, distrayéndome levemente con el ruido del agua caer sobre el piso, sobre mi cara, sobre mi cuerpo, sobre toda cosa que este bajo el cielo abierto.

Camino bajo la lluvia hasta encontrar un pequeño cobertizo, de un local de alimentos ó kiosco, del bolsillo empapado saco el paquete de Gitanes Blond, mis cigarrillos desde hace unos meses, los cuales milagrosamente no se vieron percutidos por la lluvia, con una sonrisa de satisfacción y con las manos mojadas me llevo uno a la boca; lo prendo y contemplo la brasa de la primera bocanada consumirse, y como si algún efecto narcótico hiciera efecto en mi, me sumo en mis pensamientos, en esa noche...

Pienso, en el coqueteo, en las sonrisas, en la obra, en la cerveza, las risas, las palabras, y sobre todo en el rechazo...

Una carcajada sale desde adentro, matando la angustia, esa es la ultima vez que me rechazas.